Emprender es aprender a trabajar con la incertidumbre
5 enero, 2014
Emprender es escoger un camino desconocido, trabajar desde el punto de partida con la incertidumbre para perseguir un sueño.
Abordar caminos desconocidos es una de las primeras tareas a seguir cuando decidimos hacer realidad un sueño.
Para empezar con un proyecto a poco que se quiera tomar con unos mínimos de rigor, se debe realizar un estudio de viabilidad con toda la introspectiva que un informe DAFO conlleva, esto garantiza en cierta forma el primer compromiso, la voluntad, y vislumbra el principio del camino, pero en absoluto está libre de incertidumbre.
Desde el posible primer cliente, al envío de un nuevo presupuesto, la elaboración de un nuevo producto o apertura de una nueva zona, compra de una nueva máquina, reunión de fidelización de clientes, expansión… Absolutamente todo esconde una gran carga de incertidumbre, y a menudo habrá que asumirla para seguir avanzando.
Las tres razones principales que nos mueven a pensar esto son:
- Los emprendedores se definen, desde la antigüedad, por escoger caminos diferentes. Sin duda por muy planificado que esté el «Camino diferente», «La innovación», siempre supone un riesgo y esto es así porque el lugar que ocupa “la incertidumbre” es al menos equivalente al que ocupa “lo tangible”.
- Aprender a trabajar con una gran carga de incertidumbre es algo que se acerca seguramente más a la realidad de la vida en sí. Cuando nacemos rápidamente nos adiestran para sobrevivir, incluso nuestros genes están a priori preparados para generar a nuestro cerebro una realidad tangible. Al crecer, con la educación empiezan (al menos en nuestra cultura) las probabilidades de que nos enseñen a rechazar la incertidumbre, el blanco es blanco, lo redondo es redondo y el cielo es azul. Sin embargo convivir con la incertidumbre es algo tan real como que un día estamos aquí y al siguiente partimos para no volver.
- A menudo un proyecto resiste por la cantidad de incertidumbre que es capaz de aguantar. Invertir esfuerzos sin saber lo que vendrá mañana, es algo que sin duda abate al espíritu más combativos. Seguir el camino aún sin avistar puerto, sin tener verdaderas certidumbres, es duro, incluso trágico; pero es con mucha probabilidad la única forma que podemos tener de llegar a un punto, de cumplir un objetivo. Ante la incertidumbre tenemos que marcar rumbo, contar con la sonrisa de nuestro proyecto, nuestros simpatizantes y avanzar, pese a días de marea y tempestad continua, llegará nuestro fruto. Séneca dijo: «No hay viento favorable para el que no sabe donde va».
Nuestra experiencia:
Nosotros encontramos varios antídotos para poder trabajar con altas cargas de incertidumbre, uno de ellos fue pensar que una vez abierto nuestro estudio, nuestro cliente podría ser el mundo. Otro que sabíamos hacer algo (creatividad traducida a diseño gráfico, web, comunicación y atender con mucho mimo a nuestros clientes) y sentíamos que podíamos crecer. Un tercero, nuestro compromiso y constancia con el proyecto, y otro relevante, estar dispuestos a aprender de cada experiencia…
Teníamos bastante miedo a que el teléfono no sonara, a que no llegara un primer proyecto o a que todo se quedase en quimeras irrealizables. Incertidumbres difíciles de pasar por alto. Más aún sabiendo que prácticamente nuestro camino lo empezábamos con lo puesto. No construimos grandes naves, ni tuvimos un «maravedí» para empezar nuestra andadura. Solo el apoyo moral de la familia y los amigos más cercanos, nuestro amor al oficio y un par de ordenadores.
A día de hoy se siguen generando incertidumbres y seguimos aprendiendo a combatirlas. Eso sí, hace ya unos cuatro años pasamos del “vamos a ser” al “somos” y “ser” en los tiempos que corren, es mucho!!
Gracias a tod@s l@s que día a día confían en nosotros y ánimo a quiénes aún están pensando en zarpar poniendo rumbo fijo hacia sus sueños.
Cierto es que hay que saber convivir con la incertidumbre, no es fácil. Lo mismo que sucede en el emprendimiento se vive en el trabajo en régimen general. Quizás ahí las incertidumbres sean menos, pero cuando una empresa o departamento entra en crisis, la incertimbre también llega a la nómina.
En fin, ánimo emprendedores, comparto vuestra inquietud en este mundo de incertidumbres.
Antonio Morillas
Cierto es que hay que saber convivir con la incertidumbre, no es fácil. Lo mismo que sucede en el emprendimiento se vive en el trabajo en régimen general. Quizás ahí las incertidumbres sean menos, pero cuando una empresa o departamento entra en crisis, la incertimbre también llega a la nómina.
En fin, ánimo emprendedores, comparto vuestra inquietud en este mundo de incertidumbres.
Antonio Morillas