Prácticas profesionales de diseño. Abriendo camino…

25 mayo, 2021

La importancia de la actitud.

Quienes nos conocen, ya saben que es un placer para nosotros aportar nuestro granito de arena en la profesión, y profesionalización del diseño, por eso integramos a personas en periodo de prácticas, siempre que la situación nos lo permite, en estas últimas semanas ha estado con nuestro estudio Juan Cornejo.

Se nos ocurrió hacer este ejercicio, rollo mayéutica de Sócrates, así, bajo la premisa de que nos hiciera preguntas que le inquietaban y nosotros desde nuestra experiencia le diésemos respuesta.
Aquí os compartimos…

1. ¿Qué les dirías a esos diseñadores junior que llevan mucho tiempo esperando una oportunidad laboral? ¿Qué consejos puedes darle?

mi: Que si han decidido esta profesión, están en muy buena dirección, que no se desmotiven, que es cuestión de seguir con la práctica, todos los días, todas las semanas y que al igual que en los procesos creativos decimos “que la inspiración te pille trabajando”, en este caso diría “que la oportunidad te pille trabajando”.

Y en este orden de cosas sería bueno:

Tener bien preparado mi CV y portfolio.

Dedicarle una hora al día, o 4 o 5 a la semana a la búsqueda activa de oportunidades en empresas, agencias o estudios que me interesen.

Aunque no terminase de salirme el trabajo perfecto, no dejar de meterme en problemáticas de diseño, y para ello una buena idea, sería vender mis servicios como freelance.

*Recordar que seguramente, más importante que el trabajo, es el oficio. Parecerá un cliché rollo Coelho “El Universo Conspira…”, pero es mi experiencia personal, me habría ahorrado muchas horas de pensamiento tóxico si antes que pensar en una nómina inmediata, hubiese pensado en mi oficio, sencillamente hacerlo cada día mejor, aportar a la sociedad, cuando esto pasa, es mágico, el trabajo viene solo, una vez viene el trabajo se empieza a aprender, cuales son las condiciones de trabajo de mala y buena calidad.

mo: Que se lo tomen en serio y sigan a referentes con años de trayectoria. Que se fijen en ellos porque, a veces, no es el cliente el único que piensa que diseñar es «dibujar» sino el mismo diseñador.

Que se fijen más en los trabajos bien desarrollados por profesionales y no tanto en lo que ya está publicado. Que esté publicado no quiere decir que sea correcto.

¿Oportunidad laboral? Que sean pacientes con ellos mismos y no comiencen queriendo hacer el diseño de su vida en su primera semana de trabajo. Que no tengan miedo a preguntar y que cultiven la humildad de aceptar las críticas. Y sobre todo, que se relacionen mucho con otros profesionales del sector. Este no es un buen país para hermitaños y la mayoría de oportunidades laborales surgen hablando entre risas.

2. Como director de un estudio de diseño, ¿qué es lo que más buscas y destacas en un perfil a la hora de ser contratado?

mi: En general para todo proyecto de diseño… La composición, la redacción, la gramática, la forma de contar la historia del proyecto y luego dentro de la evaluación de los proyectos todo lo que tiene que ver con las tres efes. Si lo que estoy viendo Funciona, si la Forma es estética, si transmite emoción Feeling.

También observo mucho la capacidad que tiene el candidato de trabajar en equipos multidisciplinares.

mo: Una actitud abierta y la capacidad para resolver problemáticas.

3. ¿Cómo ves el futuro para los diseñadores que están emergiendo actualmente? ¿Crees que en España tienen una oportunidad?

mi: Necesitaría una bola de Cristal para ver el futuro jejejej, si logramos no cargarnos el hábitat que necesitamos para vivir, lo veo con optimismo. ¿Por qué?… Porque esta profesión cada vez se está teniendo más en cuenta, en los 90 era mucho más difícil trabajar y vivir del diseño, había un mercado muy restringido, la profesión no había permeado a toda la sociedad, el diseño era algo que entendían algunas élites, desde luego no nos movíamos en un mercado consolidado, no era como pedir un café o una barra de pan, la palabra diseño para la gran mayoría de gente era algo raro, sigue siendo un poco así, pero desde luego ahora, al menos yo, observo que cada vez menos empresas obvian algo tan importante como la imagen que transmiten. Aparte, la revolución de las TIC impulsa todo esto, el diseño está en todo lo visual y con la normalización de las TIC esto se ha multiplicado. Así que no nos hablen, que no te hablen, de que no hay oportunidad.

Claro que hay oportunidad en España, en Andalucía y en el pueblo más pequeño y recóndito que se te ocurra. Las oportunidades, en gran parte, las generamos nosotros.

mo: Sí, siempre y cuando sean ferreos en su determinación de valorar su trabajo y no entrar en los menosprecios que este país hace continuamente a los diseñadores (concursos de diseño mal elaborados, empresas que quieren hombres orquestas).

4. A la hora de presentar el portfolio a una empresa, ¿cuál crees que es el mejor formato para ello? ¿Cuántos proyectos crees que son suficientes para mostrar?

mi: Es interesante tener un buen número de formatos disponibles. Vivimos en tiempos de responsive, para nosotros esto es adaptabilidad, habrá quien prefiera un pdf para ver la calidad del pixel, habrá quien quiera ver una web directamente y habrá quien se enganche a tu trabajo por plataformas que mantienen una red social tipo a behance, instagram, pinterest, linkedin.

En cuanto al número de proyectos, menos es más. Uno de los grandes retos que tenemos los diseñadores, es saber elegir, preferible ver solo dos o tres proyectos bien terminados, que no una retahíla de proyectos parciales sin buenos acabados.

mo: Escuché en un podcast de Marketing que en los portfolios de estudios bastaría con tener 10 trabajos variados (como mucho). Lo pensé y me pareció un número acertado para ofrecer cierta variedad. Sin duda para mí lo más cómodo es un enlace a alguna web donde navegar por esos 10 trabajos.

5. ¿Ves en los concursos una buena oportunidad de darte a conocer? ¿Los recomiendas?

mi: Los concursos son un arma de doble filo, por un lado pueden resultar motivantes, pero mientras se está trabajando para ellos se dejan de atender otras cosas, al final es difícil ganar cualquier concurso, más aún si se hace con bases nefastas, como suele pasar en la mayoría, se puede caer en trabajar mucho para algo vacío. Quizá es más interesante mover tus diseños ya ejecutados por premios que te den prestigio, o afinar el portfolio para presentarlo a proyectos sugerentes o aportar en una asociación de bien cultural.

Luego los recomiendo cogidos con pinzas, presentarse si hay que hacerlo, pero de forma muy consciente.

mo: Con discernimiento. Considero los concursos una oportunidad, si las bases del concurso no son abusivas. En tales casos sí los recomiendo.

6. ¿Cuándo crees que un/a diseñador/a puede subir su presupuesto? ¿Con qué frecuencia es aconsejable hacerlo?

mi: Es importante que un diseñador/a para empezar tenga unas tarifas de mínimos. La política de precios definirá de una forma muy directa tu posicionamiento, habría que pensar ¿quieres posicionarte en el baratillo y competir con lo gratuito, que tiene todas las papeletas de obtener resultados regulares o malos, o posicionarte en la profesionalidad y exquisitez? Si queremos lo segundo, no nos queda otra que poner un precio estudiado a cada uno de nuestros productos, sin asustarte ante quien lo está ofreciendo gratis, la gratuidad cae por su propio peso, por su insostenibilidad.
Revisa tus tarifas al menos una vez al año, evalúa con criterio y afina el lápiz.

mo: Existe algo con lo que todo diseñador batalla continuamente. Yo lo llamo la perspicacia para discernir si tu trabajo está funcionando o no. Saber cuándo hay que dar una vuelta de tuerca y saber cuándo parar de dárselas. Para mi es una cualidad un tanto etérea y difícil de dominar pero creo que cuando la tienes puedes aumentar tus precios ya que esta cualidad optimiza los tiempos de trabajo, te hace ser más certero.

7. ¿Qué límites no debe pasar un diseñador o diseñadora en su trabajo?

mi: El límite que creo nunca debe sobrepasar cualquier profesional, de la rama que sea, es no hacer algo que no quiera hacer. Autodefinirnos como mercenarios y aceptar todo, nos lleva al “Camino de ninguna parte». Decir NO, se convierte en algo vital. Decir NO a procesos donde no se valore tu trabajo, decir NO a la falta de sostenibilidad, decir NO a la industria contaminante, decir NO al proxenetismo, decir NO a la xenofobia, decir NO al machismo… Decir NO moldea todos tus SIES y te da carácter, te hace tener un público, te hace alinear tu profesión con tus valores y eso es fuerza infinita para cualquier situación.

mo: Ayudamos a nuestros clientes seduciendo con imágenes y vistiendo de gala sus mensajes. No creo que haya que aceptar trabajos cuyos mensajes no construyan un mundo mejor.

8. ¿Cuál es el proceso más común a la hora de recibir un cliente? ¿Qué cantidad abona el cliente antes de empezar a trabajar?

mi: Recibir a una o un cliente, para mi, debe empezar por una muy buena atención, esto es: estar ahí desde la primera llamada, entender lo que necesita e intentar adecuar lo que necesita con lo que tú puedes ofrecerle, generar desde el punto de partida una relación consciente, ser honesto desde el kilómetro cero para establecer una relación duradera. Si el cliente no puede pagar tu presupuesto, no pasa nada, se le dice no en ese momento, pero se le deja un sabor de boca, en cuanto ese cliente sepa que puede permitírselo, volverá a ti, porque lo atendiste bien, porque lo atendiste como pocos saben hacerlo.

Es bueno tener una provisión de fondos para empezar cualquier proyecto, para mi esto lo hace real, lejos de tener miedo, hay que buscarlo, ese adelanto es lo que sella el trato, a partir de ahí, empieza la realidad, el resto son quimeras.

mo: El proceso más común es hablar con el cliente cara a cara, si es posible. En persona o videoconferencia. Los gestos y ademanes son importantes y menos malinterpretables que un wasap o un email. Por regla general el cliente abona un 50% pudiendo abonar un mínimo de un 40%.

9. ¿Cómo identificar a un mal cliente antes de comenzar a diseñarles?

mi: Jajajaj, uff, tantas formas.

El cliente que te busca las vueltas, el que viene calentándote la cabeza con todo lo bueno que es y la cantidad de proyectos que tiene, pero que no responde cuando le envías tu precio. El cliente que está disperso y quiere que le hagas una pruebecita sin coste para ir viendo. El cliente que solo ve sus condiciones y no las tuyas. El cliente que no quiere pagar un depósito por adelantado. El cliente apresurado, que no sabe lo que quiere y no se toma su tiempo contigo para definirlo, pero lo quiere ya.

mo: Cuando denota una infravaloración por tu trabajo o un desconocimiento absoluto (frases como «tú me envías 2 ó 3 pruebas y luego yo veré con cual me quedo). Eso es un indicio, pero no tiene por qué significar que será un mal cliente, sencillamente que no sabe bien lo que necesita ni como se ejerce esta profesión. Considero que el peor indicio es cuando intentas explicarle dichos conceptos, cuando se intenta asesorar bajo un criterio profesional, pero el cliente acaba imponiendo su punto de vista. Ahí ya no hay un problema de ignorancia de la profesión sino de actitud y acabaremos creando los monstruos que un NO DISEÑADOR tiene en su cabeza. Si en lugar de un diseño gráfico fuese una estructura acabaría muriendo gente. Y así como cuando muere gente lloran familias, cuando un diseño no funciona lloran clientes.

10. Cuando tienes un bloqueo creativo, ¿qué sueles hacer para recuperar esa creatividad?

mi: Nada como el contacto con la naturaleza, el ejercicio, el hacer cualquier tarea despacio, observar, meditar, hacer deporte, salir de museos, caminar, exponer la problemática o hacer brainstorming con personas de confianza. Hacerle preguntas a la persona que hace el encargo. Las mejores ideas vienen en momentos de distensión, las que se hacen reales están entre esa distensión y te pillan trabajando o con un buen block de notas al lado para apuntarlas y pronto darles forma.

Trabajar con el equilibrio adecuado entre relax/estrés es lo idóneo para que fluya y los nudos se aflojen.

mo: Estiramientos, correr, escuchar una música que rebaje mi obsesión por el trabajo y mirar el horizonte para descargar la vista.

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