El SEO Peligroso

21 julio, 2020

“o cómo los robores acabaron con la humanidad”

Y cuando digo humanidad no nos referimos al conjunto de todos los seres humanos, sino a la capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas. ¿Te suena apocalíptico? Pues todo esto ya está pasando poco a poco, día tras día y sin que nos demos cuenta.

¡Oh my God!

Para muestra, un ejemplo. Imagina que buscas en Google «cómo limpiar la plata sin dañarla». Los artículos que encontrarás mejor posicionados en el Top 10 son aquellos que han sido redactados para destacar a los ojos de Mr. Google.

Es fácil detectar este tipo de redacción robotizada. Fíjate en que estos artículos suelen iniciar sus primeras líneas con el planteamiento de la duda que estás buscando; en este caso cómo limpiar plata. Pero ¡ojo! que antes de explicarte cómo se limpia, te van a contar qué es la plata, qué diferencias hay entre esta y el cobre, y por supuesto te zambullirán de lleno en un recorrido histórico, porque claro está, ¿qué persona con necesidad de limpiar plata no está interesada en su origen y composición atómica?

Los más avezados nos vamos directamente a la mitad del artículo o al final, donde el redactor habrá tenido el detalle de parar de agasajar a Google para mirar a los ojos de sus lectores. Con un poco de suerte por ahí encontraremos la respuesta y nos iremos a otra cosa mariposa.

¿Por qué tanta morralla?

Sencillamente para poder meter con calzador la palabra clave (keyword) plata y recoger un muestrario lo más amplio posible de todos los temas que se puedan abarcar en relación a este término, sin importar en absoluto que tu artículo acabe siendo ridículo para un ser humano. La desfachatez ya toca fondo cuando empiezas a ver descaradamente una repetición constante de palabras derivadas -o, como las llama Google, Long Tails– tipo «con plata«, «de plata«, «para plata«.

La deshumanización está servida

Para los robots de Google te ha quedado un artículo de TOP TEN. Pero la persona que te está leyendo sabe que no le estás hablando a ella. Se palpa en el ambiente esa incomodidad, esa rareza, como cuando cenaste por primera vez en la casa de tus suegros. Como cuando en el Show de Truman la esposa le ofrecía MocaCao a su marido, mirando a cámara con estudiada pose y exhibiendo su mayor sonrisa.

¿A quién le hablas?

Jim Carrey en El Show de Truman

No sé a ti, pero a nosotros este tipo de redacción tan proyectada al SEO nos deja muy mal sabor de boca. Este fanatismo por posicionar, por llegar a cuanta más gente mejor planta en el lector una subliminal semilla de desconfianza que lo hace sentirse poco atendido y engañado, lo que hará que se sienta satisfecho tanto en cuanto ha resuelto su duda, pero NO volverá. Y no lo hará sencillamente porque la experiencia que ha tenido al leerte no le ha impactado con aquello que hace que los recuerdos se graben a fuego: la emoción humana.

No cabe duda de que la necesidad de ascender en el ranking de Google acaba por destruir la atención que deberíamos darle a nuestros lectores, clientes o usuarios.

Recordemos que no trabajamos para Google

Y no se trata de odiar a las máquinas, que por cierto, este artículo lo estás leyendo en una de ellas. Se trata simplemente de conservar la cordura y apelar al equilibrio, sin obsesionarnos por escalar puestos o llegar a la ansiada meta. De no olvidar en ningún momento que tu principal objetivo debe ser las y los lectores, y no un puesto de honor en el TOP TEN de Google.

Ya claro… ¿pero qué pasa con el posicionamiento?

¡Aaaahhh! Claro que sí. Quieres estar ahí arriba, y nosotros también. Y como en mimográfico también hemos vivido esta situación nos hemos animado a escribir este artículo basado en nuestra propia experiencia.

Y es que, tras una década de trayectoria profesional, podemos decir que cuando te centras en hablar de lo que sabes, con la intención de aportar en lugar de en ganar, el posicionamiento ocurre de manera orgánica.

Es puro sentido común. Cuando sabes de lo que escribes, esas tan ansiadas keywords o palabras clave tan preciadas para los robots, surgirán por sí solas. Pero surgirán de una manera espontánea y natural. Nosotros solemos llamar a esto «estado de flow», que no es más que lo que ocurre cuando te sientes a gusto tomando una cerveza con tus amigos, no forzándote a hablar de un modo u otro.

Y te aseguramos que es el mejor posicionamiento que puedas tener. Porque el posicionamiento impostado o comprado, más tarde o más temprano acaba pasando factura.

Aunque esto último, querido o querida lector/a, seguro que ya lo sabías. Nosotros solo queríamos recordártelo 😉

Be Real

José A. Molinero.
Diseñador / Creador de contenidos en mimográfico.com

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